Primero que nada, muchos recordaremos cuando éramos niños. A la gran mayoría le gustaba prender pirotecnia, el fuego, jugar a los soldados, pelearnos y otras cosas más como picar animales muertos que encontrábamos.
Esto se trata no de juzgar sobre que debería ser lo correcto, si no de lo que harías en los zapatos de los demás ante situaciones complejas que muchas veces nuestro diminuto mundo no podría comprender. Con el sencillo factor de que todos comemos diariamente animales muertos, y esa doble moral de no querer cazarlos pero si comprarlos ya muertos ha sido lo que nos ha ofuscado de la realidad.
En este nuevo conflicto entre Rusia y Ucrania podemos observar esa sonrisa preocupante ante muchos presentadores en la tele o incluso conocidos hablando. Muy pocas personas tienen esa mirada de realmente tristeza, ya que la guerra puede llegar a ser como la guerra es, y no necesito profundizar, tenemos muchos kilometros de tinta sobre miles de batallas a través de la historia. El horror es evidente, pero como no pasa a la vuelta de tu casa, simplemente cerramos los ojos.
Creen que es de Dios quedarnos callados y normalizar la violencia, hacernos que no vemos, o que lo que se ve es irreal y cerrarnos a bromear con chistes absurdos de la tercera guerra mundial. Lo mismo ha pasado los últimos años con la famosita “guerra contra el narco” que solo se volvió una Guerra Civil entre el mismo pueblo. Porque siendo pragmáticos, en México el racismo no es tanto problema como en EUA, si no que el problema es el clasismo y lo menciona Octavio Paz en su libro “El laberinto de la Soledad”.
¿Creen que la violencia se trata solo de golpes, sangre, y sadismo?
También están las personas pasivas agresivas, los criminales de cuello blanco en Wallstreet que por hacer más dinero causan conflictos en otros Países, la indiferencia ante el prójimo y lo peor aún, un enemigo invisible, “masiosare” y no, no es un País externo, esto viene desde las entrañas y es una VIOLENCIA ESTRUCTURAL que nos ha manchado hasta en la política con tanta corrupción.
El “divide y vencerás” de Sun Tzu no es para aplicarse entre nosotros, las guerras se hacen entre miles de personas, estados contra estados, naciones contra naciones. No se trata de guerras entre tus familiares, el enemigo de tu pueblo o alguien imaginario. Y no digo que nosotros apliquemos esa, si no que las elites políticas y financieras han dominado dividiéndonos por siglos, y la población son borregos con el “sueño americano” que ya pasó y es una ilusión que solo hace que los demás compitan, unos con más privilegios que otros debido a esa “meritocracia” que no tiene valor debido a las leyes tan corruptas que solo aplican para algunos y no para los más fuertes.
Y un gran ejemplo es lo absurdo que puede resultar ser que miles de Mexicanos idolatran a narcotraficantes gracias al impulso de Netflix, Telemundo y otros medio que hacen apología al crimen. Y es que es absurdo que dejen que miles vean eso para incitar a que alguien que este harto de esta violencia estructural entre al crimen organizado para poder salir de la pobreza e incluso para salvar a un familiar debido a los sistemas de salud mediocres que tenemos debido al mismo problema.
Con base a todo lo escrito antes, me permito decir que el humano es bueno por naturaleza. Nacemos con una capacidad de apego inherente ya que es nuestro instinto más básico de supervivencia ya que alguien de la misma u otra especia pueda apiadarse y cuidarte, como en la historia de Romulo y Remo, dos hermanos criados por una loba. Ese apego crea vínculos y lo podemos estudiar en el único caso de psicología donde se ha puesto a prueba esto, el caso de Genie Wiley, la niña que estuvo aislada de cualquier interacción social por 11 años. Es una historia triste, pero es un punto importante para denotar porque somos buenos por naturaleza. El amor es un instinto natural para poder perdurar la especie, después adquirimos gruñidos y otros aspectos que nos permiten defendernos.
La empatía es clave y todos contamos con ella, el problema es cuando una persona no muestra empatía. Lamentablemente en estos últimos tiempos la empatía es cubierta por mensajes de solidaridad a otros, cambiarse su foto de perfil con los colores en signo de apoyo, dejar mensajes, hacer contenido mostrando preocupación, etc.. Pero nada es realmente suficiente como para solucionar esos problemas.
¿Por qué no sería fácil solucionarlos? ¿Acaso el humano es malo debido al sistema actual? Todo se resume a dinero. Esta Tercera Guerra Mundial ya comenzó y es económica. Si estas sanciones tumban una economía potencia, todo podría tornarse en saqueos como si de Vikingos se tratara. Ninguno de estos Países se enfocan en la sustentabilidad y la paz, es por eso que no podemos cambiar como civilización repitiendo los mismos patrones. Es triste.